27/3/08

El templo

Compañer@s obrer@s:

En una de mis tantas experiencias de vida, me di cuenta de una fácil fórmula (y muy importante, por cierto) de saber cuándo uno siente que el lugar de vivienda es su hogar. Cuando sientes que tu casa es de verdad tuya.

Se trata de un ejercicio simple.... diríjase al sitio inmaculado que vulgarmente se denomina "baño". Haga lo que tenga que hacer, ya sea tomar una ducha, desbeber, defecar, etc... lo que sea.

Dígame, si está bañándose... puede cantar? se siente a gusto? y lo más importante: conoce LA MAÑA de la ducha??? Sí, esa que sólo aquel que de verdad vive en la casa o dpto conoce... LA MAÑA. Esa pequeña característica que es como la huella digital de las duchas de todos los baños del mundo. Uno puede saber cuándo no es parte de la casa cuando no puede regular bien la temperatura, o cuando se siente incómodo con el piso de la ducha, etc...

Ahora bien... ya lo dicen en su canción los Chancho en Piedra: "el ano se cohibe en casa ajena". Es una verdad universal. Si usted se encuentra en la casa de un amig@, sólo podrá saber qué tanta confianza tiene en él/ella por la facilidad con la que fluyen tus alimentos no digeridos, asumiendo que haya confianza suficiente para de hecho IR a sentarse en lo que muchos llaman "el trono".

Es también indicio de qué tan a gusto te sientes en una casa, la cantidad de papel higiénico que sacas de ahí. Es una relación directamente proporcional. También la preocupación que tienes de dejar todo limpio, que no se da en la casa propia, pues si bien hay gente que le gusta su baño reluciente y con aroma a bosque de pino, no lo hace con preocupación, sino con placer...

En resumen, el baño es un lugar para estar a gusto. Es el bastión más íntimo que tiene un ser humano. Donde puede incluso dejar de ser uno mismo, para ser sólo un ser con el todo. El baño es en dónde suceden las funciones que nos son comunes a todos, por lo que todas las preocupaciones mundanas deberían desaparecer, siempre que el baño lo sientas como tuyo. Un dormitorio puede estar repleto de la personalidad de uno, pero esa personalidad individualista es mutable, y se presenta como una carga, una imagen autoimpuesta a la cual se debe responder. el baño lo acepta a uno como sea. Bien se puede estar en un hotel y sentirse totalmente cómodo y a gusto en la habitación, pero es el cuarto de baño, ese lugar tan personal, tan de uno, el que debe siempre pasar la prueba para que uno realmente diga: "este es mi hogar".

SKATMAN

1 comentario:

Georgia dijo...

Ok, el baño es mhhh... el baño... no LOS baños. Por ejemplo mi pieza, por mucho que sea mía, siempre termino acostada sobre la cama de Francisco viendo tv y, aunque en esta no hay señas de mis gustos, no me molesta. Pero el baño, definitivamente es especial. Por mucho que nos hemos arreglado con el indio para dejarlo cómodo en espacio e imágen, no puedo acostumbrarme a él, invariablemente termino extrañando el de la casa de mi madre... ¡será malo? a veces puede llegar a serlo ¿no? lo mismo ocurre, cuando hay más de un baño en casa. Hay uno cuyas paredes son siempre más gratas, uno cuya taza es más amigable ^^ y donde el papel higiénico es más suave (aunque en palabras de Marco "Si no lija no limpia") uno que es NUESTRO baño, y es que al final da lo mismo si es más o menos bello.